EL PLAN CÓSMICO - TERCERA PARTE
Una vez que los Pleyadianos y los Sirios se encargaron de la vigilancia del planeta, la influencia de Luzbel se dejó sentir nuevamente, esta vez sobre un grupo de doscientos pleyadinos del comando de Semiasas, para que transgredieran el orden, dejándose llevar por la sensualidad propia de un planeta paradisíaco y de vibraciones extrañas a ellos. Así, ellos cometieron una gravísima infracción al tener relaciones sexuales con los seres humanos de la Tierra, algo que estaba estrictamente prohibido por las graves consecuencias que pondrían en peligro, una vez más, la consecución del proyecto. Esto ocurrió en el Monte Hermón.
EL LIBRO DE ENOCH
Lo más inquietante de esta historia, es que se halla registrada en un libro antiquísimo, llamado «El Libro de Enoch«.
El texto en mención escrito supuestamente por Enoch, un personaje del Antiguo Testamento misteriosamente se «perdió» después del Concilio de Laodicea, en el Siglo III; sin embargo, volvió a aparecer hace unos 200 años. De las tres copias recuperadas por el famoso explorador James Bruce, cuando en 1773 retornó de su trabajo de seis años en Abisinia, existen dos traducciones al Inglés hechas R. Lawrence (1821) y por R. H. Charles (1912). En los siguientes años, salieron a la luz varias porciones del texto original en Griego, y más tarde, con el descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto en Qumran, aparecieron siete copias fragmentarias en texto Arameo, que están hoy en el Museo del Libro en Jerusalén, confirmando lo dicho en las copias traducidas.
La escena del descenso de los 200 Vigilantes es descrita por Enoch. Y este acontecimiento, en contra de la idea que sucedió hace unos pocos miles de años, en realidad ocurrió en tiempos más lejanos. Para tener una idea de esto, recordemos que el Génesis cita a Enoch como un patriarca longevo de una séptima generación después de Adán (Génesis 5:18); más tarde vendrían nombres muy conocidos como Matusalén, o Lamec, el padre del célebre Noe, quien, como sabemos, era un superviviente de la Atlántida.
Si Enoch pudo describir lo que pasó en el Monte Hermón, es porque se trataba de un acontecimiento antiguo.
EL PACTO DEL MONTE HERMÓN
El Libro de Enoch describe a «200 ángeles» que aterrizan en el Monte Hermón entre la actual Siria, Líbano y la antigua Israel y se unen a las hijas de los hombres. Eran encabezados por un ser denominado Semiasas.
«Hagamos parejas con ellas y tengamos hijos…» (Enoch, Libro de los Vigilantes 6:2)
Ante esta propuesta, el Comandante Semiasas respondió que aquello era una locura, que eran ángeles así los menciona el texto, aunque sabemos que eran en realidad cosmonautas pleyadianos y que no debían aparearse con los humanos. Les dijo: «si ustedes lo hacen, Dios me culpará a mí porque soy el Comandante y el responsable por los pecados de todos ustedes«.
Entonces juramentaron en involucrarse todos. A esto se le llamó «El Pacto del Monte Hermón«.
Y se juntaron con las mujeres, y tuvieron hijos gigantes.
Mientras tanto según prosigue el Libro de Enoch, los Arcángeles Miguel, Uriel, Rafael y Gabriel, miraron hacia abajo desde el cielo y viendo los estragos se dijeron «Debemos informar a Dios de lo que está sucediendo» (Enoch 9:1-11)
CAPÍTULO 12 - CUARTA HUMANIDAD, LA ANTARTIDA DE PLATON
Ante todo esto, la Confederación intervino inmediatamente tratando de corregir el error de los Vigilantes, por lo que se esperó a que se produjeran los nacimientos de los mestizos, los cuales fueron concentrados en una grupo de diez islas en el Océano Atlántico la mayor de ellas llamada la isla de Undal y en donde sus padres extraterrestres se verán comprometidos a educarlos, dando lugar a la legendaria civilización de los Atlantes.
EVIDENCIAS DEL MUNDO SUMERGIDO
Más allá de las columnas de Hércules afirmaba Platón en sus «Diálogos» existieron vastas tierras, tan grandes como Asia Menor y Libia juntas, hasta que, en un sólo día, este mundo que albergaba a una sociedad avanzada, sucumbió bajo las aguas del océano Atlántico; de allí el nombre con el cual se recuerda a aquella civilización desaparecida: Atlántida (Aunque esta denominación, en verdad, se pierde en el origen de los tiempos, así como su historia).
Aunque parezca insólito aceptar la desaparición de una civilización bajo el océano, algunos científicos se han venido topando con algunos indicios que sugieren la realidad de todo esto.
Por ejemplo, es interesante saber que el estudio realizado por los científicos del Observatorio Lamont (una división de la Universidad de Columbia en Palisades, New York) determinó cambios geológicos de carácter anormal hace 11,500 años en el Atlántico; estas conclusiones encajan notablemente con la fecha de la destrucción de la Atlántida.
Otro dato curioso es la existencia de una cadena montañosa que se extiende por la zona central del Atlántico; estas formaciones son conocidas por los geólogos con el nombre de dorsales. La dorsal Mesoatlántica es de por sí una de las pruebas más favorables para apoyar la existencia de tierras sumergidas. En muchos casos las crestas de la dorsal se elevan por encima del mar formando islas; allí encontramos arrecifes de coral y sedimentos propios de las aguas poco profundas, lo cual nos sugiere que, en algún tiempo remoto, estas tierras estuvieron próximas a la superficie.
Para añadir más argumentos a favor del mundo sumergido, podríamos citar que, ya en 1898, se encontró en el océano Atlántico a 700 Km. de las Azores porciones de Taquillita; es decir, lava basáltica que se enfrió rápidamente. Este fenómeno sólo es posible si la lava se encontró expuesta al aire, lo que no ocurre generalmente con las lavas enfriadas en las profundidades del mar. Al menos ello es lo que sostiene el geólogo P. Termier, del Instituto Oceanográfico de Mónaco. Termier concluye que la lava debió sumergirse en una fecha no mayor a 15.000 años. Sin embargo, también debemos decir que no siempre estos estudios son aceptados. Aún existen muchos detractores de la existencia de la Atlántida.
En los textos antiguos encontramos también evidencias no menos importantes, como por ejemplo, la clara alusión a «islas perdidas«. Recordemos la Esqueria de Homero y la enigmática Tarsis del profeta bíblico Ezequiel. Por su parte, los Mayas y los Aztecas sostenían provenir de una «isla» situada al este de México y que denominaban Aztlán. Es posible que se refieran con ello a la Atlántida de Platón. La morada de los mestizos y los Vigilantes.
CAPÍTULO 13 - LA DEPORTACIÓN DE LOS ORIONES
La rebelión de los oriones, ocurrida hace unos 25.000 años de los nuestros, había sido controlada por la Confederación Galáctica. Aquellos seres que se plegaron a la violenta postura de Satanael serían deportados a la Tierra para apoyar el proyecto, como si se tratasen de trabajos forzados, y así contribuir en el proceso de aprendizaje de la raza humana.
Fueron enviados a nuestro planeta en grupos. No vinieron todos los rebeldes en un sólo viaje. El primero de estos grupos habría llegado a la Tierra poco antes de la trasgresión de los 200 Vigilantes en el Monte Hermón, y, el último grupo de deportados con Satanael a la cabeza llegó a nuestro planeta en los primeros tiempos de la Atlántida.
CUERPOS CLONADOS
Un fenómeno que ya se había registrado en el primer grupo había alertado a la Confederación. Se trataba de un envejecimiento prematuro, fruto de poseer cuerpos clonados y bajo una influencia energética extraña para ellos nuestro planeta. Esto no es descabellado, por cuanto los problemas que enfrenta la clonación humana según los recientes experimentos son, precisamente, el envejecimiento acelerado.
Debido al avance evolutivo que lograron los oriones y otras civilizaciones extraterrestres al morir y encarnar nuevamente, no pierden el recuerdo de la experiencia adquirida en la vida anterior. Poseen una «conciencia lineal«. Por ello, en un procedimiento que no podemos comprender aun en la Tierra, decidieron construir sus propios cuerpos o réplicas adultas, para ser ocupadas si su vehículo material era destruido o se detectaba ya inservible. Era como cambiar de ropa.
Para comprender esto imaginemos a un ser con una conciencia de 3000 años de existencia encarnar nuevamente como bebé, y tener que vivir ese proceso, una y otra vez, hasta poseer un cuerpo adulto. En la Tierra, desde luego, esto no es así, por cuanto nos encontramos en un peldaño distinto de aprendizaje, olvidando quiénes fuimos en una existencia anterior y creciendo en distintas familias, geografías y realidades para finalmente abrazar la iluminación que nos lleva de regreso a Dios. Según los Guías, no poseemos aun la preparación necesaria para recordar todo cuanto hicimos. Si en una sola existencia, los seres humanos nos vemos afectados por las personas que nos hicieron daño, que dañamos, que amamos, que perdimos, y diversas experiencias de impacto que nos sacuden, ¿qué pasaría si recordáramos el mismo proceso pero en 20 o 50 existencias? No lo soportaríamos.
Lo que nos permitiría prepararnos para asumir ello, es la conciencia de que somos en realidad seres cósmicos.
LOS CRISTALES – PRISIÓN
Al envejecer rápidamente y morir en la Tierra, al provenir de Orión, las esencias de los deportados tendrían que volver a su lugar de origen. Si ello hubiese sido así, posiblemente hubiesen encarnado en los cuerpos clonados, ya adultos, que se encontraban en aquellos mundos de la gran constelación.
Los Vigilantes de las Pléyades, para evitar ello, depositaron en la Tierra unos cristales romboidales, de un color verde brillante color asociado también a nuestro planeta, y que podemos observar en la vegetación cuya parte inferior enterraban, quedando la parte superior expuesta a manera de una pirámide de base cuadrada.
No obstante, hemos sabido, en experiencias recientes, que no todos aquellos oriones cuyas esencias fueron atrapadas en otro plano dimensional por aquellos cristales, murieron por el envejecimiento prematuro.
Satanael, al ver que estaban envejeciendo rápidamente en la Tierra, logró esquivar la observación de los Vigilantes pleyadianos para instalar laboratorios subterráneos con la intención de hallar alguna cura o antídoto. Sin embargo, los Vigilantes detectaron esta iniciativa y, por orden de la Confederación Galáctica, al ver la violenta y persistente posición de los oriones deportados, amparada en esta iniciativa científica que involucraba, además, la posible creación de cuerpos nuevos para aquellos que ya habían sido atrapados por los cristales, decidieron destruirlos en una intervención bélica.
Los laboratorios de los deportados que fueron alcanzados por el ataque de los Vigilantes pleyadianos estaban instalados en lugares que hoy por hoy son conocidos en nuestra experiencia de contacto, como Paititi y Monte Shasta, entre otros. Ello explica porqué, precisamente, en estos enclaves se hallan aquellos Cristales-Prisión, y el porqué de la presencia de la Hermandad Blanca, cuya fundación en la Tierra, abordaremos en el siguiente capítulo.
Los oriones «atrapados» dimensionalmente le habían declarado una guerra psíquica a la humanidad, afectando considerablemente a los atlantes, quienes ya tenían bastante con el conocimiento heredado de sus padres los Vigilantes.
MALDEK Y LA DESTRUCCIÓN DE POSEIDONIS
Los atlantes se volvieron una raza colonizadora, guerrera, expandiéndose por el planeta e imponiendo su tecnología y avance. Incluso se vieron en un enfrentamiento con una civilización autónoma de lo que había sido la antigua Lemuria y, por si esto fuera poco, una guerra interna por cuanto la Atlántida se fraccionó en dos corrientes: la que mantenía el espíritu de la luz, y aquella influenciada por las tinieblas que terminó destruyendo el archipiélago atlante las diez islas dejando sólo a tres como supervivientes, entre ellas, el centro principal, que alude a la Poseidonis de Platón.
Frente a esta situación que los Vigilantes no pudieron controlar, se pensó que si los atlantes se extendían fuera del planeta, podría resultar conveniente para reorganizar con ello el proyecto planetario, ya que con el tiempo se podría hacer que estos mestizos quedaran al margen del proceso terrestre, a pesar de que eran semi-terrestres. Esto es, que llegado el caso, la civilización atlante completa sería trasladada a Maldek planeta ubicado antiguamente entre Marte y Júpiter. Para este fin se envió a otros atlantes a Marte para establecer un puente práctico entre la Tierra y Maldek, con tan malos resultados que no mucho tiempo después de haber arribado, se produjo un abuso por parte de ellos con la civilización marciana, generando un choque terrible.
Toda la tensión generada en Marte por los atlantes, y luego en Maldek, por la ley de vibración lo semejante atrae lo semejante atrajo a un objeto sideral errante hacia el interior del Sistema Solar, pasando muy cerca de Maldek, y, por un efecto desconocido, quizá fruto del propio magnetismo del gran intruso celeste, las armas de destrucción masiva de los atlantes, que se hallaban concentradas principalmente en aquel planeta, estallaron por sí solas, destruyendo así al planeta en una violenta explosión. Las consecuencias fueron catastróficas, pues los fragmentos salieron despedidos hacia Marte impactándolo, haciendo que gran parte de su agua y su atmósfera se perdiera en el espacio, acabando con la mayor parte de la vida en la superficie del planeta rojo (Aquí debemos acotar, que en la actualidad hay vida en Marte, pero sus pobladores viven en el interior del planeta).
Pero los fragmentos de Maldek no sólo alcanzaron a Marte. Ellos también llegaron a la Tierra, estrellándose muchos contra el escudo natural del planeta que es la Luna. En ese entonces, la Tierra atrapó dos grandes trozos que estuvieron orbitando durante un cierto tiempo alrededor del mundo, por lo que podemos afirmar que hubo una época en que tuvimos tres lunas; la actual y dos asteroides más pequeños, los cuales fueron más adelante atraídos al planeta impactando uno de ellos en el Pacífico y mucho tiempo después, el otro entre el Atlántico y el Caribe, produciendo profundas fisuras donde la corteza terrestre es bastante débil, abriéndose así, peligrosos vórtices electromagnéticos, que actualmente se conocen como el Triángulo de las Bermudas y el Triángulo del Dragón.
Tenemos que reseñar que estos fragmentos no cayeron inmediatamente en el planeta. En ese entonces, la tecnología y el poder mental de los atlantes era muy grande, de tal manera que llegaron a controlar aquellas otras «lunas», colocando precisamente en lo que hoy corresponde al mar caribe, una estructura piramidal llamada por los atlantes «Tagmatrón» con una gran esfera de cristal en la punta a manera de una inmensa máquina energética que proyectase un haz de luz al espacio, y sostuviese la presencia de cada uno de esos cuerpos.
Igualmente, se trabajó en una estructura similar en el Pacífico, en lo que alguna vez correspondió a la ubicación de Mu continente desaparecido cuyos restos se pueden asociar con la enigmática Isla de Pascua, en el mar de Chile. Estas pirámides concentraban una energía extraordinaria, como jamás hubiésemos imaginado. Pero la crisis interna de la sociedad atlante llegó a niveles incontrolables, como describimos líneas tras, por la influencia satánica, que pretendió utilizar el poder desarrollado para liberar a sus compañeros y atacar a la mismísima Confederación Galáctica; ello terminó revirtiendo el poder de dichas pirámides, atrayendo aquellos cuerpos siderales que debían mantenerse a la distancia, haciéndoles impactar y creando, no sólo grandes abismos oceánicos, sino también hoyos interdimensionales que comunican con otro tiempo y espacio. Estos agujeros no están abiertos todo el tiempo, sino cuando aquellas pirámides, hoy sumergidas, concentran gran cantidad de energía, liberada a su vez, por las tormentas que en la zona se producen frecuentemente.
LA GUERRA PSÍQUICA
Todo esto y más hicieron la oscuridad en contra del proyecto. El planeta registraba por ese entonces, graves problemas debido a los desequilibrios provocados por los inmensurables impactos.
Los oriones estarán allí atrapados hasta que se cumpla el plan redención. Es decir, o ellos se arrepienten y cumplen con ayudarnos, o si no, de ahí no salen. Por eso aquellos seres le han declarado una guerra psíquica a la humanidad, y como ya vimos, desde la Atlántida, en donde casi lo consiguieron, han hecho todo lo posible por destruirnos.
Recordemos que esta guerra psíquica no es solamente referida por los extraterrestres hacia nosotros para que estemos alerta de cómo la asechanza intenta manipularnos. El apóstol Pablo ya lo mencionaba en una de sus cartas a los Efesios (Ef. 6, 11-12) cuando dice:
«Vestios de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo, porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernantes de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes«.
Como ellos no pueden manipular a todos los seres, manipulan a unas cuantas personas vinculadas a la política, a la religión, a la economía, a los mandos militares, y a través de ellos mantienen el caos mundial de desesperanza, angustia y desequilibrio. Son ellos, los satánicos atrapados y sus servidores los que conforman y mantienen un Gobierno Interno Negativo en nuestro planeta, que basa su poder en la ignorancia. Todos los grandes archivos de la humanidad han sido sistemáticamente destruidos desde la Gran Biblioteca de Alejandría hasta los registros del Cusco, desde los códigos mayas y aztecas hasta la barbarie del fascismo alemán. Todo aquello que pudiera darnos luz, que pueda llevarnos a recordar que somos parte de un proyecto cósmico ha sido silenciado de una u otra forma, y que quede claro que no somos «ratas de laboratorio», en realidad, somos bebés de probeta; nuestro mundo no es una granja donde nos están cebando para luego incluirnos en su dieta alimenticia, sino, más bien, somos una especie de «casa cuna» de donde los maestros esperan aprender de los discípulos a través de nuestras propias vivencias.
CAPÍTULO 14 - LA INSTAURACIÓN DE LA HERMANANDAD BLANCA
Después de la destrucción de la Atlántida, hace doce mil años, una fuerza interplanetaria de paz llegó a la Tierra para fundar lo que sería la Gran Hermandad Blanca de nuestro mundo; de esta forma se conseguiría el equilibrio necesario para que el ser humano pudiera continuar con su proceso de evolución.
Estos 32 Maestros extraterrestres no treinta y tres por cuanto quien debió representar a Orión, Satanael, se había polarizado a la oscuridad se ubicaron en galerías subterráneas en una región secreta del desierto de Gobi, en Asia, fundaron así la mítica Shambhala, centro matriz del mundo intraterrestre de Agartha. Desde allí, velarían por la quinta humanidad. Cada uno de ellos representaba una determinada civilización del espacio; su honda sabiduría y profundo amor por la vida los calificaba como los más aptos para llevar a cabo la misión de incorporar en nuestro mundo la semilla de la Luz.
SHAMBHALA Y EL MUNDO SUBTERRÁNEO
Hablar de una supercivilización habitando en las profundidades de nuestro planeta podría generar serios cuestionamientos en el lector escéptico, posiblemente porque en estos seres recae la misión de ayudar al hombre en su trayecto hacia el infinito.
Quizá una de las experiencias más célebres en relación a Shambhala sea la de Nicolás Roerich, explorador y artista ruso que emprendió en 1925 una expedición al Tibet y al Asia Central. Allí fue invitado a conocer el reino subterráneo. Ese año, Roerich contempló en pleno día un disco brillante ¿un OVNI? surcando el cielo de Karakorum y los lamas que le acompañaban aseguraron que se trataba de un signo de ¡Shambhala!
Nicolás Roerich, junto al sueco Sven Hedin y su antepasado Ruso Nikolai Przhevalsky, fueron los primeros occidentales después de Marco Polo en adentrarse en la cultura de Oriente.
En la historia de diferentes pueblos de la Tierra encontramos claras insinuaciones a ese mundo interior, un lugar secreto donde se reúnen los grandes sabios, los Rishis o Mahatmas, que sólo permiten el ingreso a su mundo a los que han sido llamados. Es pues, en oriente, donde existen mayores referencias al reino subterráneo.
A estos Maestros de Luz intraterrenos se habría referido Thot el Atlante en «Las Tablas Esmeralda» cuando menciona:»Treinta y dos están allí de los hijos de la luz, quienes han venido a vivir entre la humanidad buscando cómo liberar de la esclavitud de las tinieblas a los que estaban atrapados por la fuerza del más allá…»
En verdad, como ya adelantamos, la nave estelar que trajo consigo a 32 seres extraterrestres para fundar Shambhala en el Gobi, se hallaba diseñada para 33 Maestros Cósmicos. Cada Maestro representaría a una civilización distinta en el Universo, pero, como la civilización 33, que corresponde a la Constelación de Orión, protagonizó una guerra espacial, no se permitió que viniese un representante de aquel cúmulo de estrellas Satanael quedando al ser humano reemplazar a Orión como la civilización número 33, teniendo en cuenta que, en cierta medida, somos «hijos de Orión».
«Los dioses aparecieron en sus respectivos vehículos voladores para presenciar la batalla entre Kripakarya y Arjuna. Incluso Indra, el señor del cielo, llegó montado en un vehículo volador especial con capacidad para treinta y tres seres divinos«. (Bhagavata Purana, Texto antiguo de la India).
No en vano, el número 33 se encuentra inmerso en la vida del hombre, desde su ubicación en la galaxia, a 33.000 años luz del Sol Central, al maná que cayó del cielo para asistir al pueblo hebreo por 33 días quizá de allí provenga la denominación «manásico» para el Sol Central. Además, esta clave numérica se encuentra también en las 33 vértebras de la columna humana que se pueden apreciar claramente en los primeros años de vida, más tarde, con el crecimiento humano algunas de ellas se unen a otras que funciona como antena energética. También es sugerente apreciar que en diversas escuelas esotéricas, como la Rosacruz y la Masonería, la principal jerarquía es el grado 33. Y para pensar un poco más, el Maestro Jesús murió y resucitó según algunos estudiosos a los 33 años de edad, y en relación a la mítica huída inca al Paititi, ésta se habría producido en el año 1533.
Una vez que los Mentores de la Luz se establecieron en el Gobi, en sus Salones de a Amenti templos intraterrestres que ya habían sido acondicionados por seres procedentes de Sirio, construyeron un impresionante disco metálico, hecho con una extraña aleación de minerales extraterrestres y de nuestro planeta.
LA CREACIÓN DEL GRAN DISCO SOLAR
Se trataba pues, del Disco Solar, una llave que abre las puertas entre las dimensiones y que puede «llevar» al planeta entero al Real Tiempo del Universo. Así mismo, el Disco representaba al Sol Central de la galaxia, fuente importante de energía que llega a toda nuestra Vía Láctea, bañándola con la transmutadora fuerza de la Luz Violeta. Está de más afirmar que las radiaciones solares o energía Cilial de nuestro propio Sol, son también canalizadas por el poderoso Disco de los Maestros. En los mundos evolucionados se aprovecha al máximo el poder de las estrellas. El Disco Solar se constituiría en el santo emblema de la Hermandad Blanca, representado gráficamente con la figura de tres círculos concéntricos: los tres planos, los tres universos, la trinidad sagrada y la Ley del triángulo.
No obstante, la Jerarquía venida del espacio sabía que no podría prolongarse indefinidamente en sus cuerpos físicos. Fue entonces que los 32 Mentores de la Luz vieron en los Estekna-Manés, mestizos mentores, que habían sobrevivido en bases subterráneas a la destrucción de la Atlántida, el reemplazo perfecto.
Muchos de ellos, sabios sacerdotes que trabajaban por la luz, habían emigrado a diferentes regiones del mundo, evitando perecer ellos y sus sagrados archivos del conocimiento en el holocausto atlante. Llegaron a América Central, a Sudamérica, a África, India y Europa; desde allí y en su interior, junto con los Guías o Instructores, comenzaron a sembrar la semilla de acuerdo a los designios heredados de los 32 Mentores para rescatar el proceso del despertar de la conciencia humana y así, acercarle a los Hombres el conocimiento, su verdadera historia, la cual ellos ahora custodian.
Uno de los primeros grupos en ser instruido después de la destrucción de la Atlántida o «el diluvio universal» fue el Sumerio.
CAPÍTULO 15 - EL ARRIBO DE LOS 144 INSTRUCTORES
Como parte de este plan, ciento cuarenta y cuatro instructores extraterrestres aterrizaron en Mesopotamia, para reunir gente de los montes Zagros y del Cáucaso, y comenzar a trabajar con todos ellos que representaban diferentes tipos de razas. A esta acción programada se le llamaría Proyecto Sumerio.
EL LEGADO DE SUMER
Es así que pronto, nos encontramos con que los hombres viven en ciudades, y para pensar más, al poco tiempo, ya manejaban avanzadas matemáticas, astronomía y metalurgia. Sumer fue la «primera civilización» del mundo que nació «después del diluvio».
Debido al cuidado que se tenía que tener para evitar las dependencias, se escogió a unos emisarios del pueblo, los Enci o Patesis, para ser los únicos que tendrían contacto con los Instructores Planetarios, quienes les transmitirán todo este conocimiento. Echemos una mirada a esta civilización antigua:
Mesopotamia (en griego, ‘entre ríos‘), es una región que se convirtió en uno de los primeros centros de civilización urbana, situada entre los ríos Tigris y Éufrates, en la zona que en la actualidad ocupan los estados de Irak principalmente Irán y Siria.
La riqueza natural de Mesopotamia siempre ha atraído a pueblos procedentes de las regiones vecinas más pobres, y su historia es la de continuas migraciones e invasiones. La lluvia es escasa en la mayor parte de la región, pero cuando el fértil suelo se riega a través de canales produce abundantes cultivos.
La necesidad de autodefensa y riego llevó a los antiguos mesopotámicos a organizar y construir canales y asentamientos fortificados. Desde el 6000 a.C. los asentamientos aumentaron, convirtiéndose en ciudades en el IV milenio a.C. aproximadamente. El primer asentamiento de la región fue probablemente Eridú, aunque el ejemplo más destacado es Uruk la Erech bíblica al sur, donde los templos de adobe se decoraron con fina metalurgia y piedras labradas. El desarrollo de una administración también estimuló las ciencias y las matemáticas. Floreció el arte y la arquitectura, la artesanía y el pensamiento religioso y ético.
El sumerio se convirtió en el principal idioma de la zona y sus habitantes inventaron el sistema cuneiforme de escritura, originalmente pictográfica, que poco a poco se estilizó. Esta escritura se convirtió en el medio básico de comunicación escrita del Oriente Próximo durante unos 2.000 años. Los sumerios probablemente fueron responsables de esta primera cultura urbana que se extendió hacia el norte del Éufrates. Otros asentamientos importantes de Sumer fueron Adab, Isin, Kis, Larsa, Nippur y Ur.
Los sumerios sabían hace miles de años que la Tierra daba vueltas alrededor del Sol, y que los planetas se movían mientras que las estrellas permanecían en el cielo, al menos como una referencia visual. Todo ello contrasta notablemente con el período de patinazos intelectuales que va de Tolomeo a Copérnico. Pero además del interés que mostraron por la astronomía, los sumerios crearon el primer sistema matemático del mundo.
A diferencia nuestra, que utilizamos actualmente un sistema numérico decimal, el sistema sumerio era sexagesimal; es decir, en vez de un sistema de base 10, el de ellos era de una base 60. Aunque ante un primer razonamiento este sistema pareciera poco flexible, debemos decir que el mismo permitía a los sumerios dividir en fracciones y multiplicar en millones, calcular raíces o elevar números a varias potencias.
En muchos sentidos, el sistema sumerio es superior al de base 10 que se usa hoy, debido a que 60 es divisible por diez números enteros mientras que 100 es divisible sólo por siete. Y he aquí la primera pista que lanzamos al lector atento: este sistema sexagesimal sumerio, es el único «sistema perfecto» para la Geometría. ¿Por qué? No olvidemos que actualmente, en lo que concierne a Geometría, se maneja este sistema sexagesimal. De ahí los 360 grados de un círculo.
Pocas personas saben que el sistema de base 60 de los sumerios no sólo ha influido en nuestra Geometría, sino en nuestra forma de medir el tiempo: el origen de los 60 minutos y 60 segundos es una prueba concreta. Y aquí deberíamos añadir las 24 horas del día, los 12 meses del año, las 12 pulgadas de un pie y la docena como unidad. Si rastreamos estos conocimientos desde sus orígenes, nos topamos inevitablemente con Sumer. Y lo más inquietante: Su tradición enseña que los «dioses» les enseñaron todo esto al bajar de sus «shems» o vehículos estelares en la antigua Mesopotamia.
Que los sumerios hayan manejado este acervo de conocimientos antes que los egipcios no deben sorprendernos. Hoy en día es por demás conocido que el ciclo procesional de 25.920 años dividido en 12 partes de 2160 años las denominadas «casas del Zodíaco» es un aporte innegable de ellos. Hay que comprender esto porque buena parte de las informaciones que manejamos, encuentran su cimiento en este legado que, desde las estrellas, iluminó Sumer hace seis mil años, o más…
Sin embargo, lamentablemente el Proyecto Sumerio no se llevó a cabo como se había planeado, ya que se les otorgó a ellos demasiado conocimiento en poco tiempo, creando una dependencia con los seres que «venían del cielo». Al suceder esto, los Instructores dejaron de venir, buscando así romper el cordón umbilical que se había creado, cosa que fue aprovechada por los del Gobierno Negativo, que de inmediato aparecieron haciéndose pasar como dioses para que los adoraran, y esta civilización, Sumer, aunque muy avanzada tecnológicamente para la época, fue conquistada por otras muy violentas como la Acadia, acabando con la esperanza de evolución de conciencia que se tenía.
Al fracasar el proyecto de trabajar sobre un colectivo de personas o pueblos, los extraterrestres decidieron trabajar entonces, sobre una élite de individuos. Así surge el Proyecto Egipcio. Aunque estas tierras, como veremos más adelante, ya habían sido escenario de visitas extraterrestres…
Fuente: Sixto Paz Wells
Publicado por Consciencia Cósmica
11-03-2020
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